| 1 cuota de $46.900,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $46.900,00 |
| 2 cuotas de $27.882,05 | Total $55.764,10 | |
| 3 cuotas de $19.189,91 | Total $57.569,75 | |
| 6 cuotas de $10.438,37 | Total $62.630,26 | |
| 9 cuotas de $7.487,32 | Total $67.385,92 | |
| 12 cuotas de $6.089,57 | Total $73.074,89 | |
| 24 cuotas de $4.295,06 | Total $103.081,51 |
| 3 cuotas de $19.984,09 | Total $59.952,27 | |
| 6 cuotas de $11.005,86 | Total $66.035,20 |
| 3 cuotas de $20.192,01 | Total $60.576,04 | |
| 6 cuotas de $11.084,81 | Total $66.508,89 | |
| 9 cuotas de $8.294,52 | Total $74.650,73 | |
| 12 cuotas de $6.793,07 | Total $81.516,89 |
| 18 cuotas de $4.859,88 | Total $87.477,88 |
CLAUDIA CESARONI
1973-1983. CRECER EN TIEMPOS TURBULENTOS
EDITORIAL PAIDOS
Páginas: 528
Formato:
Peso: 0.6 kgs.
ISBN: 978-950-12-0880-1
Entre la dictadura y la democracia, una generación que luchó, soñó y vivió. La frase pertenece a Cormac McCarthy y aunque es pertinente, podría completarse afirmando que los momentos felices también dan ese estatuto de realidad a nuestras memorias. En esas aguas se mueve este libro en el que Claudia Cesaroni logra una carambola a varias bandas: recordarse como niña en tránsito a la adolescencia (del Nesquik a la militancia), retratar escenas particularmente tiernas y felices rescatadas de los años más oscuros de la historia argentina, y contar maravillosamente cómo era la vida cotidiana/suburbana en una época turbulenta, cuya crueldad tiende a velarlo todo. La autora revisa recuerdos de infancia y juventud, agendas y cuadernos llenos de peripecias y anhelos, para concluir que se habla poco sobre cosas que también pasaban en dictadura, junto al horror, la censura y el silencio. Dice Cesaroni en las primeras páginas de este libro luminoso: Había risas, amor, organización, compromiso político, luchas, esperanzas, lecturas, películas, música, convicciones y deseos. En particular, se habla poco de quienes pasamos nuestra adolescencia durante esos años: no fuimos parte de la generación de los 70, y llegamos mayores de edad a 1983. A veces se nos llama la generación perdida, y yo creo que no lo somos, que se recuperó la democracia, también, desde las múltiples expresiones vitales de las que fuimos protagonistas.
