| 1 cuota de $36.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $36.000,00 |
| 2 cuotas de $21.402,00 | Total $42.804,00 | |
| 3 cuotas de $14.730,00 | Total $44.190,00 | |
| 6 cuotas de $8.012,40 | Total $48.074,40 | |
| 9 cuotas de $5.747,20 | Total $51.724,80 | |
| 12 cuotas de $4.674,30 | Total $56.091,60 | |
| 24 cuotas de $3.296,85 | Total $79.124,40 |
| 3 cuotas de $15.339,60 | Total $46.018,80 | |
| 6 cuotas de $8.448,00 | Total $50.688,00 |
| 3 cuotas de $15.499,20 | Total $46.497,60 | |
| 6 cuotas de $8.508,60 | Total $51.051,60 | |
| 9 cuotas de $6.366,80 | Total $57.301,20 | |
| 12 cuotas de $5.214,30 | Total $62.571,60 |
| 18 cuotas de $3.730,40 | Total $67.147,20 |
SANTIAGO GARAÑO
DESEO DE COMBATE Y MUERTE
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Páginas: 450
Formato: 21 x 14
Peso: 0.55 kgs.
ISBN: 978-987-719-419-7
Deseo de combate y muerte indaga cómo fue posible el surgimiento del terrorismo de Estado en Argentina desde una perspectiva muy poco explorada: las condiciones emocionales y afectivas para el ejercicio de la represión ilegal por parte de las Fuerzas Armadas. Centrado en un caso paradigmático de violencia estatal, el Operativo Independencia, llevado a cabo en Tucumán a partir de febrero de 1975, Santiago Garaño analiza de qué modo se generó, entre los miembros del Ejército, un clima propicio para involucrarse personal, grupal y corporativamente en la represión a partir de fuertes emociones y sentimientos como el odio y el deseo de venganza. Sobre la base del análisis de fuentes muy diversas documentos castrenses, memorias de oficiales, diarios de campaña, entrevistas a exconscriptos y gendarmes, Garaño identifica una serie de marcas de género vinculadas al ejercicio de la violencia. La represión es descripta como una cosa de hombres, apelando a los valores militares de hombría, valentía, coraje y heroísmo. La puesta en práctica de la desaparición forzada de personas no fue una tarea despersonalizada, carente de emociones, sino que estos sentimientos como la ira, la furia, el odio y el recuerdo de los compañeros caídos fueron potentes fuerzas políticas sin las cuales no hubiera sido posible cometer delitos tan terribles. El grueso del Ejército vivió una experiencia corporal y afectiva que los atravesó y los volvió capaces de cualquier cosa: hubo deseo de combate y deseo de venganza.
